Ser pioneros del hidrógeno verde
Eduardo Bitran Académico Universidad Adolfo Ibáñez, Presidente Club de Innovación
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Eduardo Bitran
La Agencia Internacional de Energías Renovables, proyecta que el comercio internacional de Hidrógeno Verde (H2V) alcanzaría 150 millones de toneladas al 2050. El mercado de importación estaría en el norte de Europa, Japón y Corea del Sur. El 55% del comercio ocurriría vía gaseoductos, principalmente intraeuropeos y desde el norte de África. Las exportaciones llegarían alrededor de 70 millones de toneladas.
Los países que cuenten con energías renovables abundantes y de calidad, bajo riesgo, disponibilidad de terrenos y acceso a agua, tendrán la oportunidad de convertirse en exportadores de derivados del H2V. No obstante, el estudio estima que la oferta potencial que cumpliría estas características sería 40 veces la demanda de importación. El desarrollo de las condiciones para exportar H2V a gran escala enfrenta múltiples desafíos, depende de un conjunto de factores no transables y de carácter idiosincrático que causan fallas de coordinación.
“El retiro del primer proyecto de escalamiento en Magallanes muestra que todavía no hay un enfoque colaborativo público-privado para abordar los desafíos y riesgos”.
Los países que sean pioneros en el desarrollo de estos proyectos generarán barreras de entrada a los seguidores, por las importantes inversiones de capital específico que se requieren. Además, tendrán una ventaja reputacional y entregarán una señal positiva, pues allí estarán dadas las condiciones para el desarrollo de una industria de exportación de gran escala.
Sin embargo, los pioneros enfrentan riesgos significativos, como el acceso a bienes de capital más caros que los seguidores, o que no estén desarrollados los bienes públicos y capacidades claves para el escalamiento de la industria. Por todo ello, los países con desarrollos pioneros exitosos generan externalidades de información positivas que son un factor clave para atraer inversionistas.
Si Chile aspira a posicionarse como uno de los líderes mundiales en exportación de derivados del H2V debe ser capaz de desarrollar los bienes públicos críticos para el escalamiento de la industria y no cargar estos costos a los pioneros, que ya enfrentan elevados riesgos. Cuando se lanzó la estrategia de H2V se avanzó en regulaciones y en generar incentivos para proyectos piloto. No obstante, era fundamental avanzar en la elaboración de la línea base ambiental y ordenamiento territorial en las zonas de desarrollo potencial, para facilitar la elaboración de los estudios de impacto ambiental de los pioneros.
Si estos bienes públicos no estaban desarrollados, como en los proyectos en Magallanes, lo mínimo que se habría esperado es un trabajo colaborativo con los pioneros para cerrar las brechas y no enviar señales adversas al resto de los inversionistas. El retiro del primer proyecto de escalamiento en Magallanes del proceso de evaluación ambiental frente a la inminencia de un rechazo de la iniciativa, muestra que todavía no hay un enfoque colaborativo público-privado para abordar los desafíos y riesgos que implica la inversión de los pioneros. Todavía estamos a tiempo para reiniciar un esfuerzo conjunto que nos permita un posicionamiento temprano en este atractivo mercado global.